Los berrinches son una de las expresiones emocionales más comunes durante la infancia, especialmente entre los 1 y 5 años. Aunque pueden parecer irritantes o desafiantes para los adultos, los berrinches son una parte natural del desarrollo infantil. Entender su origen y cómo manejarlos de forma respetuosa puede transformar completamente la relación entre padres e hijos, promoviendo una crianza más consciente, empática y efectiva.
En este artículo, te mostraremos por qué los niños hacen berrinches, qué no hacer durante uno, y estrategias prácticas y respetuosas para acompañarlos emocionalmente sin perder la calma.
¿Qué es un berrinche?
Un berrinche (o pataleta) es una explosión emocional intensa que ocurre cuando el niño se siente frustrado, cansado, hambriento o sobreestimulado. En esta etapa de la vida, los niños aún no han desarrollado completamente las habilidades necesarias para expresar lo que sienten de manera verbal o racional.
¿Por qué ocurren los berrinches?
- Necesidad de atención o conexión emocional
- Hambre, sueño o malestar físico
- Frustración ante un límite impuesto
- Dificultad para procesar emociones nuevas
- Cambios en la rutina o ambientes estresantes
Entendiendo el cerebro infantil
El cerebro de un niño pequeño está en pleno desarrollo. La parte racional, llamada córtex prefrontal, aún no está completamente formada, lo que significa que no pueden controlar impulsos ni reflexionar sobre sus emociones como lo haría un adulto.
Durante un berrinche, el sistema límbico (parte emocional del cerebro) toma el control, y el niño literalmente pierde la capacidad de razonar. Por eso, gritar o exigir que “se calme” muchas veces solo empeora la situación.
¿Qué hacer (y qué no hacer) durante un berrinche?
Lo que NO ayuda
- Gritar: aumenta la tensión y el miedo
- Amenazar: genera inseguridad y no enseña autorregulación
- Ignorar completamente: puede aumentar el sentimiento de abandono
- Minimizar lo que siente: frases como “no es para tanto” invalidan sus emociones
Lo que SÍ ayuda
- Permanecer cerca y disponible emocionalmente
- Hablar con voz baja y calmada
- Nombrar lo que está pasando: “estás muy frustrado porque querías seguir jugando”
- Ofrecer contención física si el niño lo permite
Estrategias respetuosas para manejar los berrinches
1. Anticiparse a los disparadores
Muchos berrinches pueden prevenirse si se observan patrones. ¿Tu hijo se enoja más antes de comer? ¿Se descontrola al final del día? Establecer una rutina y prever estas situaciones puede disminuir la frecuencia de los episodios.
2. Ofrecer opciones limitadas
En lugar de imponer una decisión, dale al niño dos alternativas aceptables: “¿Prefieres ponerte la camiseta azul o la roja?” Esto le da un sentido de control dentro de un marco seguro.
3. Validar emociones sin ceder al capricho
Validar no significa permitir todo. Puedes decir: “Sé que estás enojado porque no puedes comer otro dulce, y está bien sentirse así. Pero ahora no es momento de más dulces.”
4. Usar el contacto físico positivo
Si el niño lo permite, un abrazo o simplemente estar cerca puede ayudar a regular sus emociones. Algunos niños necesitan espacio, otros buscan el contacto. Conocer el temperamento de tu hijo es clave.
5. Evitar humillar o castigar
Nunca ridiculices a tu hijo por tener un berrinche, incluso si estás en público. Frases como “mira cómo haces el ridículo” dañan su autoestima y no enseñan nada positivo.
6. Ser un modelo de autorregulación
Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Si tú puedes mantener la calma, ellos también aprenderán que es posible gestionar las emociones intensas.
¿Cómo actuar después de un berrinche?
Después del berrinche, llega el momento ideal para la conexión y el aprendizaje. El niño ya está más receptivo, y es entonces cuando puedes conversar con calma, explicar lo que ocurrió y ayudarle a ponerle nombre a lo que sintió.
Qué decir en ese momento
- “Pasaste por algo muy fuerte, ¿quieres contarme cómo te sentiste?”
- “Estoy aquí, siempre te voy a ayudar cuando te sientas así”
- “¿Qué podríamos hacer la próxima vez que te sientas tan enojado?”
Evita usar ese momento para sermones o castigos. En cambio, enfócate en enseñar con empatía.
Diferencia entre berrinche y manipulación
Existe la creencia de que los niños hacen berrinches para manipular a los padres. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, los niños pequeños simplemente no saben cómo gestionar sus emociones. Pensar que un niño de 2 o 3 años “te manipula” es atribuirle una intención que su desarrollo cerebral aún no permite.
Es diferente cuando un niño más grande ha aprendido que ciertos comportamientos generan respuestas específicas. Aun así, responder con respeto sigue siendo la mejor estrategia a largo plazo.
Qué hacer en lugares públicos
Estar en medio de un berrinche en un supermercado o en casa de familiares puede ser incómodo. Sin embargo, tu prioridad sigue siendo tu hijo, no lo que piensen los demás.
Estrategias útiles
- Retira al niño del ambiente si es posible, sin castigar
- Mantén una actitud empática aunque estés incómodo
- Evita ceder solo para “acabar con la escena”, ya que refuerza el comportamiento
- Recuerda que estás educando a largo plazo, no para agradar al momento
Cómo prevenir berrinches a largo plazo
- Establece una rutina diaria con tiempos claros de comida, descanso y juego
- Asegúrate de que duerma lo suficiente y tenga una alimentación equilibrada
- Dedica tiempo exclusivo con tu hijo para fortalecer el vínculo afectivo
- Dale espacio para expresar sus emociones sin miedo
- Usa juegos y cuentos para enseñar sobre sentimientos y soluciones
Conclusión: el respeto como base de la crianza
Lidiar con los berrinches no es fácil, pero es una oportunidad valiosa para enseñar a tu hijo a reconocer, expresar y regular sus emociones. Cuando eliges actuar con respeto, estás educando no solo desde la autoridad, sino desde la empatía y el ejemplo.
Una crianza respetuosa no significa permisividad, sino firmeza con cariño, límites con contención y presencia con escucha. Cada berrinche superado con paciencia es una semilla plantada en el desarrollo emocional de tu hijo.